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domingo, 5 de marzo de 2023

               El CONDE GIUSEPPE GUAZZONE DE PASSALACQUA
     -                                                               -El Rey del Trigo-
                                                                                         Autor: Cr. Adolfo Hipólito Santa María

   Giuseppe Guazzone, hijo de Carlo Guazzone y Caterina Pagella, nació el 17 de mayo de 1854 en Cascinali Pagella, entre Lobbi y San Giuliano Nuovo, provincia de Alessandria, Piemonti, Italia, en el seno de una modesta familia de agricultores.

   Después de completar el servicio militar en la ciudadela de Alessandria, y seguramente influenciado por las historias de mejores oportunidades en América, decidió en 1875 partir hacia la Argentina. Se embarcó en Génova con unas pocas liras en el bolsillo, y después de un mes de travesía desembarcó en nuestro país.

  Muy pronto consiguió empleo como aprendiz en la industria molinera. En muy poco tiempo había  acumulado suficientes ahorros para emprender la siembra de trigo, una actividad que en aquellos años todavía no estaba demasiado desarrollada en el interior de la provincia, a la que apostó convencido que sería un buen negocio .


José Guazzone

EN AZUL 

    El lugar elegido para comenzar sería el pueblo de Azul. Una población ubicada en la provincia de Buenos Aires, a 275 km de la ciudad de Buenos Aires, fundada por el coronel Pedro Burgos, cuando por encargo del gobernador Juan Manuel de Rosas llegó al lugar para instalar el Fuerte San Serapio Mártir del Arroyo Azul, el 16 de diciembre de 1832.

    En septiembre de 1876, con la habilitación del ramal del Ferrocarril Sud a Azul, se había acelerado el crecimiento del pueblo. Cuando Giuseppe llegó a Azul, ya existía una considerable cantidad de habitantes y una creciente actividad comercial e industrial.

    El censo de 1881, realizado por la provincia de Buenos Aires, dice que Azul tenía en este año una población de 16.090, de los cuales 11.346 eran argentinos y 4.744 extranjeros. En la población de extranjeros, entre otras nacionalidades, había: 1.314 españoles, 1.187 franceses, 1.626 italianos, 135 ingleses y 86 suizos. Las casas de comercio eran 260 y las industrias 69.

  Antes de instalarse había visitado el lugar, recorrido la campaña, y conseguido unas hectáreas donde sembrar el trigo que le gustaron. No se había equivocado al elegir el lugar donde sembrar, después de una primera cosecha abundante, "a la vuelta de tres años (de sembrar trigo) ya disponía de un capital de 81.000 pesos de moneda corriente que depositó en el banco Provincia". (1)

    De esos años en Azul poco se conoce. En otra publicación, sin aportar mayores precisiones, dice que: "Allí empieza a ser conocido por su capacidad de trabajo y ahorro, y por sus inversiones y negocios con los bancos de Azul". (2)

    En Azul se casó con Clotilde Poggio, italiana, el 21 de abril de 1883, de cuya unión matrimonial nacieron sus hijos: María Luisa, Catalina Josefina, Josefa Celina, Pedro Alfredo, Carlos, Walter Arturo y Velia Clotilde.

  Su hermano Pedro, unos años menor, también se radicaría unos años en Azul, donde se casó en 1888 con Josefina Ressia.


EN OLAVARRÍA

     El 15 de marzo de 1883 quedó habilitado el ramal del Ferrocarril Sud a Olavarría, un hecho que Giuseppe vería como una oportunidad para desarrollar un negocio,  y es entonces que decide trasladarse un año después a  Olavarría, lugar que se encuentra a 43,8 kilómetros de Azul. 

    Olavarría había sido fundada el 25 de noviembre de 1867, por el coronel Álvaro Demetrio Barros. En tierras que por ese entonces pertenecían al partido de Azul. 

    El 25 de octubre de 1878, Olavarría se transformaría en un partido más de la provincia de Buenos Aires.

   Cuando llegó Giuseppe a Olavarría, era un pueblo mucho más chico que Azul. Tres años antes de su llegada, el censo de la provincia de Buenos Aires de 1881, le daba una población total de 7.375 habitantes distribuidos en todo el partido, de los cuales había 2.354 extranjeros. En la planta urbana habitaban 740 y en la rural 6.635. En la población de extranjeros, entre otras nacionalidades, había: 554 españoles, 82 alemanes, 430 franceses, 68 ingleses, 542 italianos, 42 paraguayos y 64 suizos. Las casas de comercio eran 65 y las industrias 25. 

   En Olavarría Giuseppe instaló un comercio de ramos generales y un acopio de cereales, al que denominó "El 20 de Setiembre" en homenaje al XX de Setiembre de 1870 considerada por aquellos años una importante fecha patriótica de Italia.

    El lugar elegido para el almacén fue precisamente frente a las vías del Ferrocarril Sud, en la esquina de las calles Progreso (hoy Pringles) y Belgrano, y el acopio de cereales también frente a las vías del ferrocarril en la esquina de las calles Progreso (hoy Pringles) y San Martín.


Almacén "El 20 de Setiembre"

    En el periódico El Independiente del 28 de julio de 1888, editado en Olavarría, leemos el siguiente aviso: 
EL 20 DE SETIEMBRE. Almacén, ropería, tienda, mercería, ferretería. De  José Guazzone. Gran surtido de comestibles y bebidas de primera calidad, conservas de todas clases, caramelos y confites, ropa hecha para el trabajo y géneros propios para uso de los agricultores. Artículos de ferretería de todas clases y especialmente para agricultores.


    Y en otro aviso del mismo periódico vemos que se publicita el depósito de cereales y máquinas de agricultura.


    También fue el agente en Olavarría de La Italia, una compañía de seguros marítimos, fluviales y terrestres, y de La Protectora Agrícola una compañía de seguros contra la piedra.  



  Comenzó en Olavarría alquilando campos para realizar sembrados utilizando máquinas agrícolas modernas, conseguidas gracias a un acuerdo a pagar al término de las cosechas con la tradicional firma Juan y José Drysdale, a quienes se les llamaba " los habilitadores del agricultor". 

    En poco tiempo logró alquilar 14.000 hectáreas, después adquirió varias dentro del partido de Olavarría y luego fue extendiendo sus posesiones en otros partidos de la provincia de Buenos Aires.

    Las estancias de Guazzone en Olavarría sumaban un total de 18.500 hectáreas. Entre las que se  encontraban La Catalina, El Mirador y Colman.

    El nombre Catalina recordaba al de su madre y al de una de sus hijas. Tiempo después, en la localidad de Berutti tres estancias llevarán el nombre de sus otras tres hijas: Estancias La Luisa, La Josefina y La Velia.

    En la Estancia La Catalina había construido una espléndida  residencia.


La Catalina 


    Fomentó la inmigración de colonos, especialmente italianos de su provincia natal, a quienes contrataba por intermedio de su empresa de campo La Habilitadora. Les proporcionaba tierras, maquinarias y créditos que pagaban los colonos con el resultado de sus cosechas; convirtiéndose con el tiempo, gracias al sistema de producción que había establecido con los colonos, en el más fuerte acopiador de cereales del país.

    Giuseppe tuvo una activa participación en la sociedad olavarriense. En 1886, participó en la fundación de la Sociedad Rural de Olavarría integrando en varios períodos la comisión directiva. 

    En los años 1888, 1889 y 1890, fue parte de la Corporación Municipal en carácter de Municipal Titular. 

    En 1888 y 1891, integró la comisión directiva de la Sociedad Italiana de Socorros Mutuos Menotti Garibaldi, ejerciendo la función de presidente.

  Fue uno de los fundadores del Banco Edificadora de Olavarría, integrando el directorio en varias oportunidades.

   En 1906, formó parte de la comisión constituida en oposición al proyecto de ley que propiciaba la creación de un nuevo partido dentro del partido de Olavarría. 

    Integró la comisión formada el 22 de diciembre de 1911, con el propósito de recaudar los fondos necesarios para comprar los terrenos donde años más tarde se construiría el edificio propio de la Escuela Normal. En esa sesión se lo nombra junto a otras dos personas Presidente Honorario de la comisión. Los fondos se fueron recaudando mediante suscripción pública, siendo Guazzone uno de los mayores aportantes.

EN BERUTTI

    En 1889,  adquirió un establecimiento de 22.000 hectáreas en el partido de Trenque Lauquen, tierras a las que bautizó La Luisa, nombre que llevaba su primera hija.

   Cuando Guazzone compró esas tierras ya se estaba extendiendo la vía férrea del Ferrocarril Oeste que llegaría hasta Trenque Lauquen, y era consciente que esas vías pasarían muy cercanas a esos campos y seguramente sabía que una estación de trenes se construiría cerca de  ese lugar. En aquellos años, el ferrocarril era el único medio de transporte que hacía posible el desarrollo de una explotación agropecuaria como la que imaginaba Giuseppe. De esas cosas era consciente cuando en aquellos años decidió comprar esos campos de arenales salitrosos que parecían lejanos y poco productivos.

   Al cabo de dos años, aquellos que fueron críticos de la inversión realizada, no imaginaron que  esas tierras se convertirían en uno de los mejores trigales de la provincia de Buenos Aires. 

   Cuando fue al lugar para revisar los campos, Giuseppe llegó desde Olavarría en una americana (un tipo de carruaje), y como no existía pueblo ni hoteles, el Ferrocarril Oeste le dejó a disposición un vagón cama por unos días, así cuenta su hijo Walter el primer contacto con esas tierras.3

    El 7 de abril de 1890, una circular del ferrocarril establecía los nombres de las estaciones intermedias entre 9 de Julio y Trenque Lauquen, entre ellas se encontraba la Estación Berutti (sic).

    La construcción de una estación del ferrocarril y la distancia de kilómetros que había con Buenos Aires, le aseguraba a Guazzone poder acogerse a la ley 1969 del 25 de noviembre de 1877 de formación de Centros Agrícolas, que tenía importantes beneficios.

En el ARTÍCULO 1 de la Ley decía: 

- El Poder Ejecutivo procederá a la formación de centros agrícolas en la Provincia, tomando como base los terrenos que rodean las estaciones de los Ferrocarriles que no tuvie­ran en la actualidad un centro de población agrícola, y que siendo aptos para la agricul­tura, se hallen situados al exterior de un ra­dio de veinte leguas de la Capital Federal.
En el ARTÍCULO 3: 

- Los centros agrícolas creados por la presente Ley, podrán formarse, ya sea por ex­propiación que de la tierra haga el Poder Eje­cutivo de acuerdo a la Ley general de la mate­ria, ya por iniciativa de empresas o de los particulares propietarios de los campos men­cionados, que se sometan a las disposiciones de esta Ley.
Y disponía de un considerable beneficio en el ARTÍCULO 22: 

Los propietarios de tierras en los centros agrícolas gozarán de una rebaja de un 25 por ciento de los fletes establecidos para el transporte de su producción en los Ferrocarriles del Estado; los agricultores en ge­neral cuyos cultivos estuvieran fuera del radio señalado en el artículo 1º, gozarán de una rebaja del 10 por ciento sobre los fletes establecidos para el transporte de los productos de la agricultura.
   También la ley beneficiaba a los propietarios de los centros agrícolas con créditos del Banco de la Provincia, con una  amortización anual del 10 por ciento. Además, todo empresario a quien se haya autorizado para la organización de un centro agrícola, tenía derecho a hipotecar al Banco Hipotecario la tierra que destine a ese objeto, por una suma en cédulas igual a las tres cuartas partes de su valor real, atribuyendo a cada chacra el valor proporcional que corresponda, de acuerdo con el Directorio del citado Banco.

   En estos campos, tal como había hecho en Olavarría, instaló un depósito de acopio de cereales, y después fundó la Colonia La Luisa, que tenía una extensión de 9.970 hectáreas dividida en 121 chacras.

    El área de cada chacra, tanto en los centros oficiales como en los formados por particulares, no podía  tener menos de  veinte hectáreas, ni exceder de cien, de acuerdo al Art. 39 de la Ley. 

  También, del otro lado de la vía, la firma Pedro de Cousandier y Cía. había organizado la Colonia Cousandier,  después  denominada Colonia General Paunero.

  En el siguiente mapa catastral de la provincia de Buenos Aires, creado por Eigendorf y Lesser y editado por Carlos de Chapeaurouge, vemos delimitadas las tierras de la Colonia Cousandier.

Colonia Cousandier

     No sería La Luisa la única colonia fundada por Guazzone, también fundó más tarde la Colonia Alejandrina, nombre que hacía referencia a Alessandria su lugar de origen.

    En este mapa catastral de la provincia de Buenos Aires, de P. Ludwig, se puede observar ya delimitadas las tierras de las colonias La Luisa, Alejandrina y Paunero rodeando a la estación Berutti. 


Colonias La Luisa,  Alejandrina y Paunero.

    El edificio de la estación de Berutti se inauguró el 25 de agosto de 1890, en tierras que había cedido Guazzone a la empresa del ferrocarril y lo mismo había hecho la Colonia Paunero, para que allí se construyeran la estación y otras dependencias.

    En esta y otras tierras donadas por Giuseppe se crea alrededor de la estación el pueblo de Berutti, nombre que hace mención al patriota argentino Antonio Luis Beruti (1772-1842).

    La vía férrea separaba a la Colonia La Luisa de la Colonia Paunero.

  En tierras donadas por Guazzone se construyeron la Delegación Municipal, la Plaza Central (denominada desde 1935 José Guazzone), una comisaría y el cementerio. También donó la tierra para que se construyera una iglesia católica, a la que le cedió 160 hectáreas para la subsistencia del cura párroco, iglesia cuyo  nombre Santa Clotilde recuerda al de su esposa,  y  nombre que también tenía la casa de campo en una de sus estancias.

Santa Clotilde. Foto en Caras y Caretas

     En sus campos arrendaba parcelas y en otros casos las cedía utilizando el mismo sistema de producción que había establecido en Olavarría, contando también con colonos que en su mayoría provenían de Alessandria. A cada familia de colonos se le entrega tantas hectáreas como podían trabajar.

   Al comienzo los colonos hicieron ranchos donde vivir. Luego, cuando ellos mejoraron su situación, construyeron casas de material y un galpón. Se les entregó maquinarias, herramientas, animales, alimentos y semillas. En cada parcela se les hizo plantar montes de eucaliptos rodeados de tamariscos para reparo de las casas y corrales.  

La entrega de instrumentos de labranza y anticipos de dinero al agricultor, estaba establecido en el Art. 37 de la Ley. 

   La explotación establecida por Guazzone no estuvo exenta de problemas. En 1892, algunos de ellos, después de haber sido desalojados de las tierras, acudieron a la justicia de La Plata alegando que no habían podido pagar la renta por las ruinosas cosechas, como consecuencia de sequías, langostas y otras plagas de los cereales.

  Incluso las relaciones con sus vecinos no fueron del todo pacíficas, en una ocasión, allegados a Guazzone incendiaron campamentos de franceses vecinos para intimidarlos, provocando un conflicto que tuvo repercusiones en los medios de prensa de las dos colectividades. La colectividad italiana se expresó a través del diario La Patria degli italiani, en defensa de Guazzone, mientras que los franceses mediante el diario Le Courrier de La Plata.4

   En otras oportunidades sus vecinos presentaron quejas a la Municipalidad, porque se le ocurría cerrar o desviar la traza de uno u otro camino, ocasionándoles estas correcciones muchos contratiempos. 

    Guazzone era un hombre generosopero muy severo cuando algo no funcionaba como estaba previsto.  

    Siendo que esas tierras tienen un subsuelo de mucha salinidad,  un  día llamó a  técnicos en hidráulica para buscar una fuente de agua no salina, y una vez encontrado el lugar hizo construir un abrevadero para la caballada que tiraban las chatas que llegaban al molino, pero no dudó en desactivarlo un tiempo después cuando descubrió que se cometían muchos abusos en el uso del agua.

   Al igual que en Olavarría, Guazzone participaba en las comisiones directivas de aquellos años, preocupadas en el mejoramiento y crecimiento de Berutti. Una de ellas fue la Societá Italiana Di Mutuo Soccorso Príncipe Di Piemonti.5

    En 1893, Guazzone llegaría a reunir 390.000 quintales de trigo (39.000 Tn.), tan extraordinaria cantidad de cereal para aquellos años hizo que los diarios se hicieran eco del acontecimiento y que el general Roca en un discurso elogiando el hecho,  le bautizara con el nombre de "El Rey del Trigo".

    En Berutti erigió un molino harinero que cerró a principios de los años 20. Edificio que se transformó en 1935 en la empresa de tejido G.I.A.T. (Grandes industrias argentinas de trenzado).

   Esta empresa produciría toda clase de trencillas de seda, elásticos, artículos de mercería y corsetería, cintas, cordones de zapatos y ligas entre otros productos.

   La decisión de instalar la fábrica en Berutti fue de su hijo Carlos, que tenía una sedería y una fábrica similar instalada en Buenos Aires que un incendio destruyó casi por completo.

   Con la construcción de la fábrica, Giuseppe tenía proyectado construir cuarenta casas para los obreros, que luego se extendieron a cincuenta. Y para este fin había ordenado la fabricación de un millón de ladrillos, dice un aviso en el diario la Opinión del 4 de enero de 1935.6

   


    Su hijo Carlos haría también un notable y beneficioso aporte para los pobladores de Berutti regalando fracciones de terrenos, con la única condición de que a los treinta días de recibida la donación comenzarán los interesados a edificar las viviendas, según aviso publicado en el diario La Opinión del 2 de agosto de 1935. 


    El conde José Guazzone no pudo ver concretada estas obras, falleció el 30 de agosto de 1935. A cargo de la fábrica quedó su hijo Carlos, pero su temprana desaparición pondría fin a varios de los proyectos que él tenía para el mejoramiento de Berutti y la fábrica.

   Carlos Guazzone había nacido en Olavarría el 10 de septiembre de 1889. A los cuatro años se radicó en Italia, donde cursó todos sus estudios. Al estallar la Primera Guerra Mundial se enroló como voluntario en el ejército italiano, donde permaneció por espacio de cuatro años en el arma de artillería. Fue herido en combate y por sus actos de heroísmo recibió condecoraciones. Terminada la guerra regresó a la Argentina, donde colaboró con su padre en las explotaciones agropecuarias, y después, como hemos ya mencionado, en la construcción de la fábrica textil en Berutti.

  El 14 de marzo de 1925 se casó con Zulema Lazzarino, de cuya unión matrimonial nacieron dos hijos. Falleció en Italia el 4 de agosto de 1936, sus restos descansan en el Cementerio de la Recoleta.7

  De la fábrica textil se hizo cargo Eugenio Cavagliá, quien un tiempo después compró la empresa. Eugenio, junto a su esposa Ana Psihal, de origen húngaro, fueron quienes enseñaban a los obreros la forma de trabajar para confeccionar cada producto de la empresa; imponiendo a los trabajadores, entre los que había menores,  un  arbitrario sistema de trabajo, con el agravante que los obreros tenían magras retribuciones y trabajaban horas en exceso. 

 El periódico El Independiente, de Trenque Lauquen, en una nota publicada el 20 de mayo de 1936, había denunciado las malas condiciones de trabajo de los obreros. El descontento no se hizo esperar, y muy pronto los obreros declararon una huelga en procura de mejoras salariales, logrando de este modo nuevas condiciones de trabajo.

   En un edificio aledaño a la fábrica G.I.A.T. se creó la empresa B.A.T., que unidas conformarían la sociedad G.I.A.T. y B.A.T. S.A.C.I.F. Empresa que muy pronto se constituiría en una importante fuente de trabajo para el pueblo de Berutti, llegando a emplear a más de 200 personas. Y que, lamentablemente para la economía del pueblo de Berutti, hacia los años 70 comenzó una paulatina declinación, cerrando definitivamente años después.

EL TÍTULO DE CONDE

    Durante la Primera Guerra Mundial, José Guazzone donó a su patria varios cargamentos de cereal, y en agradecimiento el rey Vittorio Emanuele III, de motu proprio, el 25 de noviembre de 1926 le otorgó el título de Conde con el adicional del apellido De Passalacqua. Posteriormente, una Royal Letters del 17 de marzo de 1927, le otorgó el título personal de contar a sus hijos.
    En 1906, fue nombrado por el Reino de Italia Caballero del Trabajo (Cavalier della Corona in merito al lavoro). 

Sus vinculaciones políticas 

    El éxito de sus empresas, además de hacerlo un hombre muy rico, le dio una gran notoriedad en nuestro país y en su país de origen.  
  Esto le permitió establecer vínculos con importantes hombre de negocios, políticos y gobernantes de los dos países. 
   En un reportaje a Guazzone publicado en la revista Caras y Caretas el 30 de marzo de 1935, unos pocos meses antes de su muerte, Giuseppe le manifestó al cronista que tenía cierta amistad con Benito Mussolini, y como una muestra de sus dichos el periodista publica una foto dedicada y autografiada por el Duce. 


Foto autografiada por Mussolini

    

    La siguiente foto muestra a Giuseppe Guazzone en compañía del cónsul general del reino de Italia en Argentina, Dr. Ítalo Capanni, en su llegada a Buenos Aires. 

    El Consulado de Buenos Aires sufriría un atentado el 23 de mayo de 1928, con la explosión de una bomba que dejaría más de treinta heridos y nueve muertos. El hecho fue llevado a cabo por el sector que respondía al anarquista italiano Severino Di Giovanni y el objetivo era atentar contra el cónsul Ítalo Capanni, reconocido funcionario fascista, como parte de la lucha contra el fascismo italiano .

Foto del A.G.N.

En Alessandria

    Giuseppe no perdió el vínculo con su lugar de origen, y con el correr de los años viajaría seguido a Italia, donde permanecía allí parte del año. Por tal motivo decidió comprar la Villa della Ghilina en San Giuliano Nuovo, que se convirtió en su casa de verano. Guazzone también realizó obras de caridad en su tierra natal, en 1927 fundó en Alessandria el Jardín de Infancia Nocturno, donde hoy se encuentra el Hospicio Il Gelso, y en 1929 el Scaldatolo Públicco Giorno (un refugio para las personas). 
    Falleció en San Giuliano, Alessandria, el 30 de agosto de 1935. Una calle de Lobbi lleva su nombre. Sus restos se encuentran en el cementerio de Lobbi.

Giuseppe Guazzone - Foto del A.G.N.

Notas
(1) Hombres del surco, Luis Pozzo Ardizzi, página 101 y 102. 
(2) Extranjeros en Olavarría - Municipalidad de Olavarría. Página 86. 
(3) Huellas, página N.º 713.
(4) Huellas, página N.º 715.
(5) Huellas, página N.º 717. 
(6) Huellas, página N.º 771.
(7) Huellas, página N.º 772.


Bibliografía y fuentes consultadas
Anuario El Popular de Olavarría de 1935.
Archivo Histórico de Olavarría - Extranjeros en Olavarría - Primera Reseña -1867-1988 .
Archivo Histórico Nacional. 
Cavallotti, Zulema, y otras. Huellas Vol. 1 y Vol. 2 - Municipalidad de Trenque Lauquen. 1999.
Diario El Popular de Olavarría, septiembre de 1935. 
Diario La Nación, del 17 de mayo de 1954. 
El Independiente, periódico editado en Olavarría en 1888.
Pozzo Ardizzi, Luis. Hombres del surco. Editorial Raigal. Buenos Aires. 1955.
Revista Agricultura, del 20 de abril de 1893. 
Revista Todo es Historia. Nº 247. Enero 1988. Vida de Pueblo. 

Un agradecimiento muy especial para el periodista berutense Federico Tártara por su colaboración. 

viernes, 21 de octubre de 2022

                                INUNDACIONES EN OLAVARRÍA 

                                                                     Autor: Cr. Adolfo Hipólito Santa María


Las nacientes del arroyo Tapalqué se originan en el paraje que rodea a la laguna La Barrancosa, quedando la zona urbana de Olavarría en la parte baja de la cuenca.

Son varios los afluentes que confluyen hacia el cauce del arroyo Tapalqué, configurando a pocos kilómetros de la ciudad, la concentración del escurrimiento del agua de la cuenca superior que, en periodos  de fuertes y prolongadas precipitaciones, generan una importante masa de agua que corre con rapidez y  mucha fuerza, provocando que el agua  del arroyo se salga de su cauce.       

En 1886, se realizaron algunas obras pluviales previendo posibles inundaciones de  la ciudad, que resultarían insuficientes para contener la inundación que padecería la zona urbana en 1900. Según el relato de pobladores no se había conocido otra de tal magnitud hasta ese entonces

El primer registro periodístico de una inundación en Olavarría, que  se tenga conocimiento, es precisamente la inundación de 1900.

LA INUNDACIÓN DE 1900

El Popular - Jueves 15 de Marzo de 1900

"La fuerte lluvia que empezó a caer el sábado 10 de marzo a las 21 y 30 de la noche y que sin interrupción continuó hasta las 8 de la mañana del domingo nos ha produci­do una fuerte inundación, que a estar a refe­rencias de antiguos vecinos y pobladores, no se ha conocido otra, ni aún en épocas de las mayores crecientes.
Las obras de desagües y nivelación que se empezaron a construir hace 4 años (1886), y que aún no están terminadas, han sido insu­ficientes para librarnos de la enorme masa de agua, que como una avalancha y con una ra­pidez espantosa convirtió las dos terceras par­tes de la superficie del pueblo en un mar.

Gran cantidad de familias tuvieron que abandonar sus hogares, en la tarde del domingo 11 que arreció la creciente a causa del viento que empezó a reinar, pero que feliz­mente se calmó.
Recién el lunes a la tarde se retiraron las aguas.
Los puntos en que estas alcanzaron mayor altura han sido la esquina del Argentino Hotel, la que habita el Sr. Martín Leiza y la de Cambours.
Los sótanos de los hoteles Indavere y La Amistad se llenaron completamente.
Las calles adyacentes a estos puntos estaban convertidas en ríos de corrientes impetuosas.
El corralón del Sr. Baldin se inundó com­pletamente por las aguas que pasaban sobre el nivel de la línea del Ferrocarril.
El Intendente Sr. Rendón, desde las pri­meras horas de día domingo concurrió con una cuadrilla de peones para abrir desagües en los sitios en que la corriente era mayor.
La policía se ha comportado dignamente, en el salvataje de las familias inundadas.
Se imponen rápidamente varias obras, que analizaremos con todo detenimiento en números siguientes, entre ellas la conclusión in­mediata de las obras de nivelación y desagüe del pueblo.
Hay que prepararse con tiempo antes que se nos presente un invierno lluvioso y tengamos que lamentar mayores desastres".

Jueves 17 de Mayo de 1900
"...con motivo de las últimas lluvias vol­vió a desbordarse sobre nuestras calles el canal de desagüe, única obra de defensa con que con­tamos para evitar estos peligros (…) Sabemos que ha empezado a construir­se un gran canal en la calle que divide las cha­cras de las quintas hacia el Sud del pueblo, y suponemos que esta obra ha sido indicada por el Ingeniero Señor Figueroa que consideraba insuficiente el canal existente para abarcar la inmensa cantidad de agua que "El Perdido" arroja sobre Olavarría".

—El día 7 de Julio de 1900...

 "que las inundaciones habidas en Olavarría han sido consecuencia de circunstancias atmosféricas excepcionales".

—El Popular, Domingo 23 de Septiembre de 1900.

ECOS DE LA INUNDACION

"Todo lo que pueda decirse sobre la inva­sión de aguas que hemos tenido el jueves pa­sado  sería pálido ante la amarga realidad de los hechos, sin embargo daremos una breve reseña de los sucesos más impor­tantes que han acontecido (…) y cuando más crítica y de mayor pe­ligro fue la creciente, sería la 1 y media de la mañana (madrugada del jueves), hora en que era imponente ver el pueblo entero dentro del agua, y expuestos sus habitantes a los más se­rios percances.

Uno de los puentes de alambre existentes en el arroyo ha sido arrasado por las aguas, quedando el otro de igual forma en bastante mal estado".

Los puentes colgantes, que se fueron transformando con el correr de los años en símbolos urbanos representativos de la ciudad, en las grandes inundaciones sufrieron siempre sus consecuencias.    


El primer puente colgante se construyó en 1881, en la calle Belgrano; costeado por los señores Santos Lafuente, Julián Gómez, Ambrozio Bozano y Agapito Guisasola. Lafuente pagó los jornales de los operario; Gómez aportó las alfajías de pinotea; Bozano los trinquetes para estirar los alambres, y Guisasola los seis postes de ñandubay que demandó la obra. Dirigió los trabajos Mariano López Camelo, que vivía con su familia en la margen izquierda del arroyo.

Continua diciendo la crónica: "Hubo un momento terrible en que la corriente se desbordaba sobre las altas barrancas del arroyo llegando ella a pasar sobre el mismo puente de material para el tráfico, y arrasando en su impetuosidad hasta los fuertes y sólidos paredones del tajamar existente en el molino, ocasionando en él algunos perjuicios la canti­dad de agua que penetró.

Ahora decimos: queda una vez más com­probado que ni los canales, zanjas, ingenieros y pesos invertidos con el fin de mejorar al pueblo en lo referente a desagües, han produ­cido beneficio alguno; queda nuevamente cons­tatado que en las obras efectuadas no hubo tino ni criterio en su ejecución y que en fin estamos más expuestos que nunca a las terri­bles crecientes".



Foto en el libro de Oro del Centenario de Olavarría





Foto Archivo Histórico Municipal de Olavarría. Fotografía de Aldasoro

Calle Necochea. Foto Archivo Histórico Municipal de Olavarría. Fotografía de Aldasoro. 


Nota en la revista Caras y Caretas,  número 77 del  24 de marzo de 1900



Crónica de la inundación en  la Revista Caras y Caretas 

"En la semana anterior el riacho de Olavarría, que corre casi al pie de la Sierra Chica, en que está la Penitenciaría  de Buenos Aires, se desbordó y las aguas penetraron en las calles de la población convirtiéndolas en ríos y atemorizando a los habitantes, que aún no han olvidado las penurias sufridas en Viedma y Patagones. Allí también se creía que el desborde de una laguna  insignificante no era nada y un buen día amanecieron en ruina s dos pueblos florecientes. Nosotros pensamos que cuan tos menos peligros amenacen la vida de las gentes de nuestra s campañas — que tan buenos impuestos pagan— será mejor y que, avisado ya del peligro que ha corrido, ha llegado el momento de que el ministerio de Obras Públicas se preocupe de efectuar los trabajos, necesarios para que Olavarría no vuelva a sufrir daños y sustos como los pasados".

 LAS COMPUERTAS

Otra de las consecuencias de la inundación de 1900, fue la destrucción de las compuertas que mediante un canal abastecía de agua al Molino La Clara para generar la fuerza motriz. El molino harinero había sido inaugurado el 3 de marzo de 1881 por Julián Games y su socio Justo de la Lastra.

Las primeras compuertas en el arroyo se construyeron de piedra, y el tajamar tenía tres compuertas amoviles. El borde superior de la misma estaba establecido a 1 metro y 30 centímetros sobre el nivel del fondo del arroyo, coincidiendo su fondo medio con el de la acequia de alimentación de la turbina. En uno de los extremos de la compuerta, un pequeño canal desviaba el agua hacia donde hoy se encuentra el monumento al general San Martín, lugar donde se generaba la energía que abastecía al molino, regresando después el agua a su cauce natural metros más adelante.

Para que los habitantes del pueblo pudieran pasar de un lado al otro del canal que llevaba el agua a la turbina que alimentaba la fuerza motriz, los propietarios habían construido un puente. Un puente que resultaba demasiado angosto, porque en un acta de la Corporación Municipal consta que se decide enviar una nota a los señores Games y Compañía.

LAS NUEVAS COMPUERTAS

 Inmediatamente después de la destrucción del tajamar de piedra, la firma propietaria del molino, por ese entonces E. Zimmermann y Cía., se ocupó de solicitar el permiso al Gobierno provincial para construir una nueva represa en el mismo lugar, pero esta vez de madera, con trece compuertas automáticas y una de subir y bajar y dos vertederos fijos. Las trece compuertas automáticas se abrirían para dejar pasar el agua, cuando el nivel del agua del arroyo superara ligeramente la arista superior de la compuerta. La medida del tajamar sería igual al anterior, con un pequeño cambio en el trayecto del canal que alimentaba a la turbina.

 

Las nuevas compuertas 

Las nuevas compuertas del Molino La Clara fueron tema de discusión en la gran inundación de 1919, y objeto de un atentado de parte de los vecinos como veremos más adelante. 


UN RELATO DE LA INUNDACIÒN DE 1900

El escribano Ramón A. Rendón, quien fuera Intendente Municipal de Olavarría, Senador de la Legislatura Provincial y Ministro de Obras Públicas durante la go­bernación del Dr. Crotto, en una nota publicada en el Anuario del Diario El Popular de 1929,   con el título de “Reminiscencia- Como era Olavarría  cuando yo la conocí en el año 1882", nos cuenta en una parte del reportaje sobre las inundaciones en el pueblo de Olavarría.

"(...) Desde la margen del arroyo hasta la calle Rivadavia es todo terreno alto, empe­zando después el terreno bajo, que en tiempo de completa despoblación se llamaba "la cañada", porque en realidad eso era, cuyo lecho  parte más baja formaba un arroyuelo que entraba al pueblo por las inmediaciones de las avenidas Pringles y Del Valle y las vías del ferrocarril, atravesaba algunas manzanas y desaguaba en el arroyo Tapalqué cruzando primero algunas quintas adyacentes a la avenida Colón. Pues bien, ese arroyuelo fue la pesadilla los vecinos que tenían necesidad de transitar y cruzarlo, lo que generalmente se hacía por las calles Necochea y Belgrano, por ser estos los mejores pasos. Todo esto subsanado con alcantarillas que se hicieron después, las que también desaparecieron cuando se hizo una nivelación del pueblo y se arreglaron con tosca y pedregullo algunas calles.      

 Las nacientes del Arroyo Tapalqué, en los cañadones o campos bajos conocidos por "el Perdido", las grandes lluvias y las aguas no al­canzan a encauzar en el arroyo, gran parte de ellas se deslizan por la cañada que como dejo dicho, atraviesa el pueblo provocando co­losales inundaciones, felizmente cada muchos años una que otra. Recuerdo que en una de aquellas, y de esto hace treinta años, las aguas habían inundado el pueblo, desde cerca de la plaza hasta la estación del ferrocarril, con una profundidad mayor de un metro, se anduvo toda la noche en salvataje de familias inunda­das, en grandes carros facilitados por el molino y otros con la ayuda de la policía y buenos vecinos, con escaleras por donde descendían a los carros las familias refugiadas en los te­chos de las casas.

A la mañana siguiente, con el escribano señor Manzueto, con el vecino José Arena, que resultó hábil remador y otros dos cuyos nombres no recuerdo fuimos en un bote a la estación y de ésta, en una máquina y un fur­gón hasta cerca de donde el tren cruza el Ta­palqué, en las inmediaciones del "paso de Pie­dra", donde había una familia refugiada en el techo de una casita, salvada milagrosa­mente. . ."

El 19 de setiembre,  nuevamente el Tapalqué desbordaba y provocaba que el pueblo sufriera un gran  inundación. 

La revista Caras y Caretas, en el número 105 del 6 de octubre de 1900, nos cuenta sobre este acontecimiento en Olavarría.

Crónica de la inundación en  la Revista Caras y Caretas 

  

"No han sido más afortunados que los del resto de la provincia los vecinos de Olavarría, quienes el 19 de mes anterior fueron sorprendidos por la inundación. El peligro era tan inesperado, que al poco rato de ser el pueblo asaltado por la formidable masa acuosa, comenzaron a oírse los silbidos policiales, los, tiros de revólver r y los gritos de las familias que demandaban socorro, el que les fue prestado por las autoridades y algunos jóvenes del mencionado punto, entre los que debe citarse a los señores A. Aldape y J. Pinto, al comisario señor Castellanos y al oficial señor Vergara. Ocurrieron, con el avance de las correntosas aguas, escenas dramáticamente conmovedoras. Cierta familia velaba el cadáver de una niña muerta al cumplir los 13 años, cuando una avalancha de agua penetró en la pieza obligando a huir a los que se encontraban. El padre de la muerta , hombre viejito y enfermo, para evitar que el cuerpo de su hija fuese arrastrado por la inundación, tuvo que hacer una especie de catafalco con camas y mesas, colocando en él el ataúd. El salvamento de estas y otras personas, igualmente en peligro de perecer ahogadas, fue organizado por los señores anteriormente citados, con la urgencia que el caso exigía, en cuya empresa les ayudaron algunos otros vecinos de la población. Uno de los aludidos, el señor Aldape, estuvo a punto de ahogaros e en un sitio en que la corriente era muy violenta consiguiendo salva el mal paso y poner término a la filantrópica empresa en que se hallaba empeñado, conduciendo a sitio seguro a dos pequeñuelos, uno de tres años y de nueve meses el otro, que llevaba a en brazos. Al día siguiente de iniciarse la creciente, no quedaba ya casi rastros de ella, y el arroyo volvía a su cauce normal, dejando en el ánimo de los inundados la comprensible y congojosa impresión que es de suponer, por más que, felizmente, no hubo que lamentar ninguna desgracia personal."

 INUNDACIÓN DE 1904

El Popular, Jueves 11 de Agosto de 1904.
El martes a las 3,30 horas, fue invadida la planta baja del pueblo por un caudal de agua impulsado por viento huracanado que corría de SO. a NE. La policía a las órdenes del comisario Condé y empleados superiores con la cooperación de la Municipalidad, procedió con loable celo al salvataje de 25 familias que demandaban socorro.
Por la noche aproximadamente a las 10,30 calmó algo la creciente y se estableció vigilancia policial en todo el pueblo, encargada de dar la voz de alarma en caso necesario. En estas horas fue necesario prestar socorro a 9 familias que vieron anegadas sus viviendas, en muchas de las cuales el agua alcanzó la altura de un metro.
Ayer como a las 5 de la mañana comenzaron a crecer de nuevo las aguas, realizándose nuevos salvamentos de familias, cuyo número alcanzó a 28.
La voz de alarma ha sido dada por particulares durante la noche con repetidos toques de auxilios y tiros de revolver.
Hubo partes en que las aguas alcanzaron un metro y medio de altura, con fuerte oleaje".
El Molino La Clara puso dos grandes carros a disposición de la policía, y la municipalidad hizo circular todos sus vehículos al efecto de transportar las familias a la Casa Municipal y otras particulares que dieron alojamiento a las familias necesitadas.
La inundación fue general en la pobla­ción, excepción hecha de algunas cuadras del centro que por su topografía están inmunes de ese mal.
El Arroyo ha llegado a tener tal cantidad de agua que ha pasado a ras con el puente de madera de la calle Coronel Suárez, desbor­dando en otros puntos.
Domingo Vizconti estuvo a punto de ser arrastrado por la corriente ayer de mañana en la esquina del Hotel de La Unión, al ser arrojado del caballo. Hizo un trecho de 15 metros llevado por las aguas.
El guardahilos Ferreyra fue víctima de otro percance análogo.
Son muchas las aves y animales de corral que han perecido ahogadas.
"De Hinojo y Sierres Chica nos comunican que están dentro de agua y que la inundación ha adquirido proporcionas alarmantes". No se conocen desgracias personales.



INUNDACIÒN DE 1913

El Popular, Miércoles 20 de Agosto de 1913.
"Las fuertes lluvias que se han venido desencadenando desde al domingo hasta ayer han originado la inundación de los barrios baj­os del pueblo en la parte Sud y Este".
"Las calles La Madrid y España han sido las más fustigadas por la creciente llegando en algunos puntos el agua a una altura de 80 centímetros".
"Se calculan en más de 30 manzanas las que han estado rodeadas por las aguas".
"El pluviómetro da la Unión Telefónica registraba hasta ayer a las 6 p.m. la siguiente agua:

DIA             MM.

16                5

17               45

18               73

19               30

Total: 153 mm.   

 El Popular, Viernes 22 de Agosto de 1913.

El caudal de agua del arroyo que frente al molino ( La Clara) es de 80 metros de ancho y en la parte que cruza la ciudad de unos 20 metros llegó hasta cinco metros de altura, con dos metros más hubiera alcanzado el nivel de los puentes".

"Las compuertas que existen en el arroyo a la entrada del pueblo no funcionaron, no obstante su construcción automática, lo que contribuyó a elevar el nivel de las aguas demo­rando el desagüe de los campos que limitan con el arroyo en esa parte".       

"En las quintas que quedan detrás del a Hospital las aguas llegaron a tal altura que se  hizo imposible el tránsito a caballo por la calle a Sierra Chica, siendo su altura mayor de un metro".


Vista de  las compuertas durante la inundación. 

INUNDACIÒN DE 1915

El Popular - 28 de Febrero de 1915.    

'OTRA VEZ INUNDADOS"

Nuevamente las invasiones de agua mal desviada de los campos bajos del sudoeste y  la que arroja al inservible y perjudicial zanjón del Boulevard Del Valle, trajeron otra inun­dación a casi media cuadra de la ciudad de Olavarría  Con estas son tres las producidas en tér­mino de pocos meses sin contar las más pe­queñas".

 INUNDACIÒN DE 1919

 "LOS PRIMEROS SINTOMAS"

"El sábado 29 por la tarde dieron comien­zo las lluvias (...) "El jueves continuaron cada vez con mayor fuerza y el viernes a la noche adquirieron ca­rácter torrencial".

A las 2 de la madrugada del sábado se hallaba ya inundada una buena parte de la ciudad y pocas horas después apenas sin queda­ban descubiertas las calles más centrales de la población".

"Hacia las 12 del sábado circuló la noticia de que el Arroyo se estaba desbordando por algunos puntos. Los vecinos cercanos a la costa se alarmaron y por todos los rumbos se extendió un hálito de angustia" (...) "Salimos a realizar una excursión pero poco anduvimos. Las aguas del Sudeste se unían con las rebasadas del arroyo y apenas si que­daban libres para el tránsito algunos trechos de las calles Vicente López y Alsina que son las más elevadas. ." con la llegada de la noche el salvataje adquirió aspectos dramáticos". . . "En los lugares más altos de la ciudad el agua llegó a 50 cm. de altura, y a dos metros y medio aproximadamente en los más bajos. Las calles no se desagotaron hasta pasadas las 12 del do­mingo".

"Ha sido una lucha enérgica y por mo­mentos heroica la que sostuvo desde las 2 de la madrugada hasta la noche del sábado..."

"LOS DAÑOS" (...)

"El desbordamiento del Tapalqué ha pro­ducido estragos. Además de la ruptura del tajamar, ha hecho saltar   las barandas del puente de madera y arrancado los dos colgantes de las calles San Martín y Necochea".

 "CAUSAS DE LA INUNDACION"

"Fue ocasionado el desastre por la ruptura del terraplén de la vía férrea a 16 de Julio, accidente que por casualidad no acaeció en la anterior inundación. Cuando ello ocurrió, las aguas detenidas en ese lugar se lanzaron violentamente  hacia Olavarría..."

En los alre­dedores de Querandíes 80 cm. sobre el nivel de vías".

El Popular, miércoles 9 de Julio de 1919.

"Son dos muertos y dos desaparecidos".

 CONSECUENCIAS DE LA GRAN INUNDACIÒN

El Popular, 11 de Julio de 1919.

El 5 de julio de 1919, una fecha memorable en la historia olavarriense diría el periódico El Popular: “desde su fundación, jamás los habitantes han conocido un peligro tan grande como en esa fecha” (…) El sábado 29, por la tarde dieron comienzo las lluvias. Eran intermitentes y lentas, pero la pesadez de la atmosfera, que parecía acentuarse por momentos, significaba un inquietante presagio”. Seis días de lluvias se agregaron a dos meses de constantes y fuertes precipitaciones, que saturaron la cuenca. La masa hídrica alcanzó tal fuerza y altura que ocasionó la ruptura del terraplén de la vía férrea a 16 de Julio, provocando que las aguas retenidas en ese lugar se escurrieran en aluvión hacia la ciudad. El agua alcanzó a 0,50 cm de altura en los lugares altos y más de dos metros en la zona aledaña al arroyo. El saldo lamentable fue la muerte de 4 personas.

Un artículo publicado por el mismo periódico, con el título “Causas de la Inundación”, señalaría a la compuerta del molino como un permanente peligro para la población. En una de sus partes decía:

“Es indudable que el tajamar construido expresamente para servir a los intereses de una empresa privada, representa un permanente peligro para la población y debe ser suprimido. Toda la cantidad de agua allí detenida es un obstáculo para el libre curso del arroyo en caso de inundación. De no haber existido este impedimento, las aguas habrían circulado con mayor rapidez y la ciudad no hubiera sufrido tanto”.

Una crónica periodística que muy bien podría ser acusada de incitar a la destrucción de  la compuerta, teniendo en cuenta lo que sucedería poco después de publicada la nota.

El miércoles 9 de julio, una gran cantidad de vecinos se reunió en la plaza Coronel Olavarría.

El periódico El Popular, el viernes 11 de julio hacía la siguiente crónica: “En nuestra crónica anterior, al considerar las causas de la inundación, señalamos como una de ellas la existencia del tajamar del molino La Clara y manifestamos que se agitaba la idea de solicitar de las autoridades su supresión. Ignorábamos entonces que, con ese motivo, se estuviese organizando un mitin para el miércoles, pues nada se nos había comunicado al respecto. Nos enteramos de esa iniciativa después de estar íntegramente impresa nuestra edición.

"El miércoles se llevó a cabo un mitin que hasta re­sultó algo espasmódico. Gran cantidad de gente se reunió en la Plaza Cnel. Olavarría, donde el señor Collinet (Armando) hizo uso de la palabra propiciando el levantamiento del tajamar del Molino "La Clara”.

Luego de leer un telegrama del gobernador Crotto, que le fue entregado al orador por el comisario Duhalde y en el cual se anunciaba un envío de 10 mil pesos para socorrer a las víctimas de la inundación, los manifestantes se dirigie­ron a la Casa Municipal para significar su deseo a las auto­ridades, y hallando cerradas las oficinas por ser día feriado, los grupos se encaminaron al tajamar.

Los ánimos estaban exaltados y se pensó hacer vo­lar con dinamita dicha obra. La concurrencia había aumen­tado extraordinariamente. El comisario Duhalde propuso que se aguardaran 8 días, durante los cuales se harían gestiones para que el tajamar fuera sacado. Los directores del movimiento no quisieron acceder. Se llevaron barrenos, y tras algunos incidentes y varios cartuchos que estallaron sin éxi­to, la valla quedó allí tan fuerte como siempre, retirándose el público decepcionado."

Los líderes visibles de este movimiento fueron Armando Collinet y Antonio Pelegrino.

El suceso tuvo una gran repercusión, y días después el Gobierno de la provincia envió personal especializado del Departamento de Hidráulica para que realice una investigación y presente un informe. Las conclusiones fueron: que la represa, por cómo funcionaba ante una inusual crecida del arroyo, no agravaba la situación de la  ciudad. 

El Popular, 13 de Julio 1919 "...desde principios de año a la fecha 1.000 mm. de lluvias.


Esquina de Rivadavia y San Martín 


Carro con evacuados frente al anterior edificio de la municipalidad. 


Foto Archivo Histórico Municipal de Olavarría


Puente destruido de la calle Coronel Suárez


Calles San Martín y Vicente López


Vista del arroyo en dirección al Molino La Clara


Otra de los daños que provocó la inundación de 1919, fue la destrucción del primer puente para el paso de vehículos en el arroyo, que estaba ubicado en el sector del Parque Guerrero, detrás de las compuertas .

EL PUENTE DE HIERRO SOBRE EL ARROYO TAPALQUÈ
El 10 de julio de 1879, en reunión de municipales, el señor Meretré presentó un plano para la construcción de un puente de hierro. El municipal Cortés, haciendo uso de la palabra, manifiesta que nada costaría obtener un puente de “fierro” de regalo del gobierno, pero estando conforme con el plano presentado, propone que el Gobierno contribuya con el cincuenta por ciento y el resto se recaude mediante suscripción pública.
Mientras los municipales, señores Leal y Muñoz, creen que no sería necesario solicitar ayuda al erario público, que bastaría con una recolección entre los vecinos.
Es recién en 1883, cuando el Gobierno envía un puente de hierro para ser armado en Olavarría. Se trataba de uno de los adquiridos en Europa para ser fijados sobre ríos y arroyos de la provincia de Buenos Aires. Se presume, que aquí llegó uno usado y aun bajo su aparente solidez, no dio el resultado esperado. Se lo colocó en las proximidades de la antigua usina eléctrica, uniendo las márgenes del arroyo Tapalqué donde se encuentra el parque Carlos Guerrero. Al puente, que era muy utilizado por las carretas, se le comenzó a llamar el puente de Las Carretas, y después también el Puente Viejo. Se cuenta, que en su proximidad tenía instalado un negocio doña Leonarda Ferreyra de Giffoni, con permiso para cobrar la pasada del puente. Al acercarse una tropa, una carreta o cualquier otro vehículo de la época, desprendía la cadena que unía ambos lados del puente y daba paso, previo pago del arancel establecido. Pero un día, al paso de una carreta cargada con lana y tirada por bueyes, el piso del puente cedió con grave riesgo para la carreta, su carga y los bueyes. El puente quedó Inhabilitado y permaneció así por muchos años. David Pestoni, dueño de una antigua herrería y carpintería, elevó dos presupuestos para el arreglo del puente. Sin embargo, el puente no fue reparado. Finalmente, la gran crecida de 1919 lo sepultó en el lecho del arroyo. Allí permanecieron sus restos, siendo después retirados para ser vendidos como chatarra.

El puente de hierro


EL PUENTE DE MADERA
Otra víctima de la tremenda inundación de 1919, fue el puente de madera, dejándolo intransitable.  La reparación recién se realizó en 1922. La obra estuvo a cargo de Francisco Martinesse en la parte de carpintería y de la empresa Rípoli y Cía. en la mampostería. Se utilizó madera de Curupay Negro de Paraguay, y la obra insumió la suma de $ 31.000.
El puente de madera de la calle Coronel Suárez fue construido mediante el expediente letra D-48, año 1889, iniciado el 8 de marzo de ese año y finalizado en febrero de 1890. Construido con el aporte del gobierno de la provincia de Buenos Aires, siendo Gobernador Máximo Alejandro Paz y Ministro de Obras Públicas Francisco Segui, el costo de la obra fue de $ 29.701,08, según el presupuesto aprobado.


Puente de madera 


Después de la inundación de 1919, vendrían 20 años donde creemos se vivió con cierta tranquilidad en la ciudad. Por lo menos, no se conocen  crónicas periodísticas de haber sucedido situaciones críticas por desbordes  del arroyo. 
Es recién en 1939, cuando se produce una inundación que mereció  una nota en el  diario El Popular, donde se reproducen fotografías que publicamos. 

INUNDACIÓN DE 1939


Inundación de 1939. Fotos diario El Popular


Arriba, a la izquierda, el Boulevard Del Valle, fotografiado desde la salida del Parque Guerrero. Arriba, a la derecha, la casilla del caminero existente en el camino macadamizado de Sierra Chica. Abajo, a la izquierda, prolongación de la calle España, entre Vélez Sarsfield y Bolívar. Y abajo a la derecha, las aguas del arroyo a la altura del tajamar del Parque Carlos Guerrero, 

INUNDACIÒN DE 1940

El Popular, Jueves 27 de Junio de 1940.

Inundación en Olavarría - Diversos ba­rrios y campos del partido bajo las aguas. Se derrumbó una casa en la Alsina.

"'Nuevamente diversos barrios de la ciudad se encuentran inundados. La lluvia que comen­tó a caer anteanoche, motivó que muchos veci­nos debieran abandonar sus viviendas ante el avance de las aguas. Han sido socorridas 80 familias y el arroyo Tapalqué aumentó considerablemente su curso. Son los mismos barrios afectados el año pasado los que ahora soportan a inundación, La Noria, Villa Floresta, Loma, por el lado del Ferrocarril Provincial en la parte que llamaremos suburbana y en lo que se refiere a la ciudad, la calle Vélez Sarsfield desde Moreno hasta Pringles. Luego Moreno, Lamadrid, España y 25 de Mayo. En parte hasta Bolívar y en otras hasta Hornos. Donde más profundidad tiene las aguas es en España y V. Sarsfield. En los otros barrios, las características son similares a la otra inundación. El boulevard Del Valle al recibir la descarga de las aguas se ha convertido en un verdadero arroyo, creando un aislamiento entre ambas partes del pueblo. Por su parte, el Tapalqué ha crecido en forma extraordinaria y desde las grandes inundaciones de 1919, no se había visto con un caudal de tantas proyecciones. El pequeño puente Ferreccio, frente al  Parque Carlos Guerrero, está totalmente cubierto por las aguas. De inmediato se tomaron medidas de salvataje por parte de la policía local desplegándose una actividad encomiable, coches del Ferrocarril Provincial, con el consentimiento de la empresa, fueron ocupados por familias que debieron huir de sus hogares,  mientras una casa existente en Alsina entre  A. Barros y Uriburu se derrumbó como consecuencia de su antigüedad, pero por fortuna no originó víctimas. También zonas rurales se encuentran anegadas por las aguas, habiendo llovido en algunos lugares 140 milímetros.

Inundación de 1940. Fotos diario El Popular


INUNDACIÒN DE 1941

El Popular, sábado 24 de Mayo de 1941.

Desde 1919 no se ha registrado en nues­tra ciudad otra inundación de las proyecciones de la actual".

"En plena ciudad el agua penetró en nu­merosas fincas. Gran cantidad de familias han sido auxiliadas por autoridades y vecinos. Las aguas cortaron el terraplén de las vías del Fe­rrocarril Provincial frente a Sierra Chica. El arroyo ha crecido en forma notable.

"La intensa y prolongada precipitación  pluvial que ha soportado nuestra zona durante el jueves y ayer ha traído aparejadas las con secuencias lógicas que provocan las inundacio­nes. El enorme caudal no pudo ser desaguado por los canales destinados a ese fin, con la ce­leridad que el continuo aumento del líquido elementó requería, por cuya causa casi todos los barrios de la ciudad se vieron bloqueados".

"En las calles V. Sarsfield, Boulevard Pringles, San Martín, Gral. Paz, España, 25 de Mayo, 9 de Julio, Uriburu y otras muchas, las aguas cubrieron totalmente las calles y las veredas, amenazando y aun entrando en numerosos domicilios.

"Donde el ímpetu del agua adquiría un aspecto imponente era en Del Valle y Pringles,  donde un caudal considerable encajonado en la calle, corría con fuerza inusitada, dificultando todo tránsito, el de peatones por la violencia de la corriente y el de automotores por la profun­didad del agua que se adentraba fácilmente en los motores.

"La inundación adquirió caracteres de catástrofe en algunos barrios suburbanos, especialmente en los situados detrás de las vías del  Ferrocarril Sur a la altura del Monumento al  Trabajo y en el Barrio del Ferrocarril Provincial. Allí el bajo nivel del terreno permitió, el  almacenamiento de una cantidad considerable de agua, que enseñoreándose por las quintas, aislaba las casas, poniendo a sus habitantes en serio peligro, ya que  el nivel de agua seguía creciendo.

"A pocas cuadras del paraje denominado La Esperanza, en la calle Alvear (Av. Colón pasando el arroyo)   la amplia arteria se veía completamente cubierta por las aguas que formaban una amplísima sábana uniendo la calle con el campo en un mar. Ahí como en otros parajes descampados y bajos, las viviendas sobresalían entre las aguas como pequeños islotes.

SALVATAJE

"En casos como el presente, en que la población toda ve turbada su normalidad habi­tual por hechos que ocasionan perjuicios ge­nerales a los vecinos aun ensañándose con ciertos barrios, es dable ver como afloran más que nunca los sentimientos humanitarios. Así como ha ocurrido siempre en ocasiones simi­lares, la voluntad y el empeño de policías, de­pendencias comunales y vecinos aunaron es­fuerzos en la tarea de salvataje de las familias sitiadas por el agua, desplegando toda una tarea que duró horas maniobrando entre las aguas.

"Tras incontables esfuerzos, el salvataje se realizó con éxito, pero como el nivel de las aguas no decreciera, proseguía anoche la acti­tud de alerta de las autoridades.

"Esa tarea fue complementada con la co­operación de camiones municipales que trasla­daban a las familias al Hospital Coronel Olavarría, a los galpones del Ferrocarril Provincial y a la Comisaria, donde continúan alojadas provisoriamente. Otras, a su pedido, fueron trasladadas a casas de miembros de sus familias, residentes en barrios más altos.

"El comentario obligado ha sido la inun­dación de la ciudad. Los viejos vecinos pueden dar fe, que desde aquella gran creciente que se registró en el año 1919, no soportó Olavarría un avance de las aguas tan peligroso e impre­sionante como el actual. La gran cantidad de familias aproximadamente cincuenta que debie­ron hacer abandono de sus viviendas, da una idea acabada del peligro que entraña la actual inundación; peligro que, desgraciadamente no ha desaparecido aún dado que el agua de las sierras y otros parajes de la zona va llegando continuamente, motivo por el cual el Tapalqué ha perdido su calma acostumbrada y quedó cortada la vía del Ferrocarril Provincial a unos 4 kilómetros de nuestra ciudad, en dirección a Estación Miñana, ya que el agua arrasó con el terraplén., lo que  obligó a la detención del tren, que procedía de Avellaneda con destino a nuestra ciudad. Los viajeros debieron descender del  tren y trasladarse a Sierra Chica, desde donde un ómnibus los trasladó hasta Olavarría".

Inundación de 1941. Fotos diario El Popular

 INUNDACIÒN DE 1955

El Popular 21 de Julio de 1955.

(INUNDACION LUNES 18 DE JULIO 1955)

"La represa del Balneario Municipal resistió esta vez el embate de las aguas. El líquido las superó, en la nota están cubiertas por las aguas, que pasa por la planchada superior destinada al tránsito de peatones".

 Nota: Desde el lunes al miércoles inclusive no salió publicación por falta de energía eléctrica.

"COMO HACE 36 AÑOS VOLVIERON LAS AGUAS A ENSEÑOREARSE DE LOS BARRIOS URBANOS"

"La ciudad vivió más de treinta horas de incertidumbre y de zozobra".

"Desde que el día 5 de Julio de 1919 Ola­varría sufrió la trágica invasión de las aguas, no se habían repetido en la ciudad inundaciones como la que acabamos de soportar".

La abundante lluvia iniciada en la noche del sábado-domingo que se mantuvo hasta la tarde de ayer fue general en la región (...) El sector urbano que más sufrió la avalancha fue el ubicado en los barrios conocidos por Villa Evita y Villa Ferraro donde el agua alcanzó 'en las proximidades de F. C. N. G. Roca hasta  un metro de altura. El líquido elemento pasó por encima de la Avenida Perón en su doble ' franja y de su continuación en la ruta a la zona industrial invadiendo desde las calles 51 y paralelas en progresión hacia el sur, las calles Saavedra, Laprida, Deán Funes, Urquiza, , Berutti y Chiclana ('.'..) El barrio conocido  por Los Mimbres varias cuadras al norte de la Avenida Colón y en una extensa franja que comprende de la calle 53 en dirección a Sierras Bayas quedó casi totalmente cubierto por las aguas. También en el Barrio Mariano Moreno, la calle Ugarte y otra se anegaron totalmente.

"El avance de las aguas sobre la zona urbana se produjo alrededor del mediodía (...)  Felizmente no hubo que lamentar desgracias personales, por cuanto el avance de las aguas ' no tuvo la violencia suficiente como para entrañar ese peligro.

En las primeras horas de la noche el agua desbordó el terraplén del F. C. Roca a la altura de  la Avenida Perón lanzándose en fuerte correntada por el Boulevard Eva Perón.

El Popular, 21 de Julio de 1955.

"Fueron 131 mm. en total que cayeron sobre nuestra ciudad y un promedio parecido en toda la zona".

"La ciudad quedó a oscuras poco después de las 24 horas (del 18/7/55)".

"En Villa Evita el nivel de agua más de 1 metro".

El Popular 22 de Julio de 1955 (viernes).

En Santa Luisa -"Desde 1919 dicen los vie­jos pobladores la zona no se vio una in­vasión tal de agua". El agua en su momento culminante llegó a un nivel aproximado a los treinta centímetros sobre el camino".

 El Popular - 23 de Julio de 1955 (sábado).

Hace referencia a que personal del III Destacamento de Zapadores trabajó en la tarea de abrir las compuertas del Parque Guerrero con el propósito de facilitar la circulación de las aguas y permitir que prontamente se libre de líquido la casilla donde están las tomas de la usina a fin de dejarlas en condiciones de funcionar normalmente. El personal militar lim­pió ayer de troncos y otros obstáculos acumu­lados sobre la compuerta, comprobándose en su tarea, que seis exclusas chicas se encontraban abiertas automáticamente por la presión del agua, mientras que otra mayor y cuatro pe­queñas se hallaban cerradas.

En Santa Elena - El agua acumulada y contenida por las vías férreas va cediendo en u nivel.

En Tapalqué - El miércoles desbordó el arroyo inundando cinco cuadras paralelas al arroyo.

En Pourtalé - El terraplén del camino Lamadrid fue cubierto (lunes y martes) por el agua, que en algunos trechos cruzaba por momentos la vía.

Tal como sucedió con el puente de hierro, la inundación de 1955 destruyó el puente  peatonal de cemento que se encontraba en el Parque Guerrero,  uniendo las dos márgenes del arroyo. 


Puente de cemento en el Club Estudiantes

INUNDACIÒN DE 1978

El Popular (miércoles 27 de Septiembre e- 1978).

Desborda el Tapalqué - Hay cientos de evacuados.

"En Barrio Sarmiento la calle Rca. del Líbano, quedó bajo agua, al igual que unos 200 m. entre Rca. del Líbano y Torres de la Av. Ituzaingó".

"El sector más afectado era el de la Avenida Alberdi, donde el agua cubría extensamente la arteria y transformaba en ríos las calles del barrio".

En Colón y Alberdi entraba en los domicilios".     "Barrio Independencia, tras el cemente­rio quedó cubierto talmente".

"Desde el sábado (23/9) hasta ayer a me­dia tarde (26/9) en Olavarría se habían computado 60 milímetros 6 décimas de precipitación pluvial. Pero en la región la lluvia alcanzaba registros muy superiores; sólo en la noche de lunes a martes hasta la mañana de ayer en Santa Luisa cayeron 98 mm., 68 en Durañona, 92 en Santa Elena, 46 en 16 de Julio ( (....) cantidad a las que debía sumarse la lluvia de las 2 jornadas anteriores".

Puente Avenida Trabajadores sumergido.

"En horas de la tarde el avance de las aguas desde el área de las Dos Hermanas, Blanca Chica, etc. inundó el Barrio Independencia; los habitantes de los departamentos de  planta baja de los monobloques, debieron ser desalojados por cuanto el agua invadía ya sus viviendas. El agua cubriendo desde ese barrio hasta la calle Balcarce toda la calle Independencia, impedía transitar por ésta incluso hasta con automóviles".

El Popular, 28 de Septiembre de 1978.

"La zona más crítica relacionada directamente con el arroyo es la que se ubica unos 300  metros después del puente sobre Avenida Sar­miento hacia adelante. El desborde se observa  mucho más allá del puente sobre Ruta 226". En ningún lado y momento el agua superó las vías en Querandíes, la marcha de los trenes es normal".

 INUNDACIÒN DE 1980

 

EL POPULAR – EL MAYOR DESASTRE DE LA HISTORIA.

La mayor tragedia de toda la historia de Olavarría, desde los malones hasta hoy,  se abatió sobre el distrito en la noche del lunes 28 hasta el martes 29.  Un formidable aluvión descargó una increíble masa de agua que llegó a superar techos de la ciu­dad,  inundándola casi en plenitud y provocando ocho víctimas identifica­das (aún no ha podido pre­cisarse la posible desapa­rición de personas) y una tremenda, terrorífica des­trucción que afectará la economía olavarriense por largo tiempo. Casas arrasadas, con puertas y ventanas arrastradas, que permitieron que las vi­viendas y negocios queda­ran vacíos de muebles y mercaderías Las calles se convirtieron en ríos de impetuosa correntada,  in­superable no sólo para las personas, sino a veces, también para las máquinas industriales, que trabaja­ban en las tareas de res­cate. En algunos puntos, el agua tuvo 4 metros de al­tura y la parte céntrica de la ciudad y el barrio Pue­blo Nuevo fueron los sec­tores más castigados.

 La información oficial con­signa que fueron ocho las personas que perecieron ahogadas (José Di Giorgio. Carmen Freige, Balbina Freige, Andrés Acuña, Andrés Pasquini, José Korlatz, Beatriz Iriart de Lozano, así como una jovencita que en Sierra Chica cayó al torrente y fue arrastrada por el mismo, por lo que se la puede dar por muerta. Hubo varios decesos por paros cardíacos, achacables directamente a la emergencia vivida, y tam­bién mucha solidaridad de bomberos, de camio­nes,  de vecinos en general, algunos en volquetes, sumados voluntaria y espon­táneamente a salvar vidas.

Muchos vecinos fueron li­berados de incómodas ubicaciones, cercados como estaban.

De El POPULAR, miér­coles 7 de mayo de 1980)

NOTA DE LA REDAC­CION: Cabe consignar que hubo 30 000 evacuados y que todo el pueblo estuvo aferrado a LU 32 Radio Coronel Olavarría, que cumplió extraordinario servicio a partir de la primera hora de la mañana del domingo 27 de abril, pero con el pico impresionante en lo noche del lunes 28,  una inundación sin precedentes, acompañada por un aluvión de barro, arrasó prácticamente nuestra ciudad, dejando el luto de ocho muertos y un saldo incalculable de per­didos materiales en los hogares, en los comercios y la Industria.  Un panorama desolador que aún persiste en lo que hace a lo que puede apreciarse visualmente,  como en el espíritu de los olavarrienses.

 Un espíritu que ha sido golpeado, que ha sen­tido el golpe, pero que tra­bajó y trabaja en post de una recuperación total. Por último,  EL POPULAR, que ofrece amplia información y notas gráficas en esta edi­ción, no salió  desde el lunes 28 de abril hasta el día de la fecha, debido a los enormes problemas originados también aquí debido a la Inundación.

Avenida Colón 
Foto Chino Merlos

 







Avenida Colón, entre Alsina y Vicente López. 

Avenida Colón casi Cerrito



Avenida Colón


Calle General Paz y España. 

Esquina de General Paz y Lamadrid


Camiones llevando evacuados. Calle San Martín,  altura Escuela Normal. 

Calle Vélez Sarsfield en dirección al monumento al General San Martín. 

LIBRO-REVISTA " OLAVARRIA INCREIBLE"

Olavarría contaba hasta con noches estrelladas, luego el tiempo desmejoró, la no­che del sábado 26 al domingo 27 llovió torrencialmente. Antes, por Estación López, en el partido de Juárez, habían llovido 130 milíme­tros nada más que en seis horas. Por la zona de Sierra de la Ventana, comienzan las dificul­tades y los trenes a Bahía Blanca optan por la vía La Madrid, dejando de lado la vía Pringles. Hacia el norte se señala el desplazamiento de las aguas rumbo a la bahía de Zamborondón. Ya en Cacharí se advierte mejoría en la situa­ción y se piensa en regreso de los 260 refugia­dos que están en Azul, buena parte de ellos en galpones del Ferrocarril Roca y contando con la asistencia de la Cruz Roja y aprovisionamientos por la vía de la cocina volante del Regimiento de Tanques "Húsares de Pueyrredón".

"La mañana del Domingo 27 los madrugadores, especialmente los residentes en el área aledaña al arroyo Tapalqué advirtieron la fuerte subida de las aguas, además de incontenible  creciente. La expectativa no da para mucho, y no deja margen. La voz de orden impartida  por la realidad, por la necesidad  no es otra que la de evacuar"...  

"El doloroso éxodo de los olavarrienses comienza con los vecinos ribereños; prácticamente sin tiempo procuran salvar lo que es  más elemental pero nunca puede ser mucho.

La invasión de las aguas apura el abandono   de los hogares, locales comerciales, etc. El arroyo crecido deja de ser un espectáculo para la curiosidad por cuanto debe recordarse que era algo así antes del mediodía. Los numerosos fieles concurrentes a las Iglesias de Monte Viggiano y del Colegio de Nuestra Señora del  Rosario a la última misa de la mañana, puede decirse que fue el último grupo que se desplazó en masa por el Parque Mitre". Pero en todo momento campeó el optimismo, la confianza... Esa frágil memoria de los argentinos —tan famosa— para los sucesos,  y las cosas, había dejado atrás no solamente la de Julio de 1919, apenas si recordada por los mayores, sino también la de Julio de 1955, que debía haber estado en la memoria de todos.  Aunque, en rigor de verdad, la magnitud de la primera, hace 61 años, fue notoriamente supe­rior, la invasión de las aguas fue extensa e  intensa. La de hace 25 años fue algo más que una amenaza con el Tapalqué en los 3.40 y las aguas que así treparon cubrieron sectores, a partir del Club Estudiantes, corrieron por la Avenida de Valle-que hacía muy pocos años había dejado un zanjón anegado no bien llovían unos milímetros  por lo cual se habían establecido un tipo de puentes levadizos para sortearlos- y obligaron a algunos retiros circunstanciales y sectoriales sin mayores daños.

 El despeje de las aguas que habían dejado sin de funcionamiento la usina, obligó a trabajos in tensos, hasta voladuras efectuadas por el entonces III Destacamento de Zapadores".

"Sesenta y un años son muchos. De acuer­do a la tesis que abriga la aparición de una ge­neración a cada quince años, eran cuatro las que habían pasado. Además el Tapalqué corre retozón por el medio de Olavarría, para que haya balnearios, parques, los famosos puentes colgantes que todo recién llegado quería conocer  y ver si animaba a transitar. Para que los chicos de antes urdieran fabulosas aventuras trepando en sus barrancas, para que los pescadores de siempre contaran con un entreteni­miento más".

"Sí que había crecido muchas veces tanto  como para lamer el viejo "puente de madera"  de la calle Coronel Suárez, pero era como una travesura, casi una bravuconada, como para que se lo recordara algo más cuando había pasado la temporada estival y los bañistas desa­parecen, los niños dejan de corretear por su vera y no hay quien vaya por sus peces por cuanto que nuestro frío y húmedo invierno no es conveniente para entretenimientos así.         

Pero ese 27 de Abril de 1980, seguramente no te a recordar mucho más y por muchas razones a- más, el Tapalqué se desbordó en magnitud.  Los vecinos continuaban la retirada. Ya no eran solamente los de la Avenida Brown, los  de Vergara, Riobamba y Cerrito. También los de Lavalle y Alsina. ...Sin embargo "nadie del creía" lo que estaba pasando. Hasta que no le pasaba... . vecinos mirando la fuga de quienes estaban a una cuadra nomás en la confianza de que la suba iba a detenerse. Como al conjuro de Jehová cuando el éxodo de los judíos de  Egipto se apartaron las aguas del Mar Rojo algo así iba a pasar metros antes de la casa  de cada uno. ¿Incredulidad? ¿Confianza? ¿Irresolución?. De todo un poco y también ese aferrarse a la casa, donde está la vida de uno y la de las generaciones de toda una familia en no pocos casos".

"Cuando llegó la noche gran parte de la ciudad estaba cubierta; al día siguiente, la mañana dejó ver un lento retroceso que persistió. Pero a la tarde del lunes 28, comenzó a llover copiosamente, llegó la noche, fue la más trágica por cuanto el martes 29 el aumento tenía niveles increíbles. Para ese entonces ya estábamos solos, incomunicados. Solamente había aprovisionamiento de gas. El agua se había llevado todo. Era otra Olavarría la que se veía, la  que estaba quedando".  




Calle Moreno. Foto Chino Merlos


Vista del Parque Mitre

Avenida Colón esq. Brown
Foto: Chino Merlos


Barrio Jardín
Foto Chino Merlos

Calle Necochea
 Foto Chino Merlos



Calle Belgrano esquina Rivadavia. Foto Chino Merlos

Calle General Paz y 25 de Mayo- Foto Chino Merlos


Vicente López y Del Valle. Foto Chino Merlos


Vista aérea del Club Racing. Foto de P. Arramón




Calle Cerrito y Avenida Colón. Foto Chino Merlos


Avenida Colón y Alsina. Foto Chino Merlos





Calle Maipú, entre Belgrano y San Martín




Calle San Martín. Altura Escuela Normal 











El después de la inundación.

Al cabo bajaron las aguas... Para el1 ° de mayo los evacuados pu­dieron volver a sus casas.
Volver a sus casas, pero solamente para apreciar la magnitud del desastre sufrido en cada hogar; indefectiblemente mayor que el supues­to. No se trataba solamente de hallar la ropa de vestir y la de cama mo­jada y embarrada; los muebles en el lugar de final de la deriva, caídos, y con esas puertas que tantas veces quedaron en las manos de quien in­tentaba abrirlas
En las casas, las cosas destruidas; algunas irrecuperables, como tantas fotos del pasado familiar, tantas cartas conservadas para lograr con su relectura el ingreso animoso por el túnel del tiempo, tantas co­lecciones de publicaciones de otro tiempo, que no serán nunca reedita­das; tantos objetos que si bien ya no eran útiles, constituían parte de la historia familiar, porque o fue del abuelo, de la madre, del hermano, de tantos que se fueron y que no podemos ni queremos olvidar en la cuenta de las "pérdidas incalculables" irán también todas esas cosas destruidas, a las que estábamos tan apegados
Y en la cuenta de las pérdidas a contabilizar, no solamente los colchones y los trajes; los muebles y los cristales.. También los desper­fectos de los aparatos electrodomésticos, de la instalación de luz, etc., etc. Y por delante queda esperar "pase el invierno", como hace dos dé­cadas reclamaba un polémico Ministro de Economía, para ver si las pa­redes terminan por secarse, y habrá que pintarlas luego La suma de lo que ha gastado y aún debe gastar cada familia para reordenar el hogar - nunca para que vuelva a ser como hasta el 27 de abril de 1980—, es la cuenta de nunca acabar Y aunque llegue el día en que se pague —y se tardará por cuanto no se puso en marcha una política crediticia con sensibilidad ante el desastre, y sin olvidar que las promesas de la Nación se las llevó el viento, como palabras de enamorados— nos seguirán fal­tando los álbumes de las cosas queridas, ésas que atesorábamos celosa­mente por cuanto eran el patrimonio sentimental de la familia, el que va de generación en generación, y que marca los hitos de un tránsito que el recuerdo preserva y que está para enaltecer el justo orgullo de la progenie.
El 1o de mayo no fue el regreso al hogar, donde todo estaba igual, como cantó un poeta, con buena lírica, pero que seguramente no pasó p<r la tragedia multitudinaria de los olavarrienses. Fue para salir de las peripecias, de los riesgos, de los temores, del hambre, del frío, del silen­cio, de la congoja, para hallarse ante la destrucción, el espanto..
Sí, el espanto. No fueron pocos los que abrieron la puerta —como pudieron si la encontraron— y la volvieron a cerrar por no soportar la visión dantesca de los destrozos.. Quebrados hasta la angustia por una realidad que no podían soportar, volvían a los refugios de evacuados con el dolor acrecentado.( 1)

Calle Álvaro Barros, entre Rivadavia y Vicente López
Foto Chino Merlos

Calle Rivadavia, entre Necochea y Dorrego
Foto Chino Merlos


Calle Cerrito, entre Av. Colón y Roque S. Peña
Foto Chino Merlos






Calle Rivadavia
Foto Chino Merlos


Calle Belgrano. Foto Chino Merlos. 




        Calle Vicente López y A. Barros. Foto Chino Merlos



Calle Hornos. Pueblo Nuevo. Foto Chino Merlos



Av. Del Valle esq. Rivadavia. Reparando los desaguas de la Avenida Del Valle. 
Foto: Chino Merlos




Calle Vicente López
Foto Chino Merlos

Voluntarios descargando víveres en la municipalidad
Foto Chino Merlos

 INUNDACIÒN DE 1985

 El Popular - 19 de Noviembre de 1985

 TRES DIAS DE LUCHA PARA DEJAR ATRAS LA CATASTROFE

"Una vez más el Tapalqué sintió que su cauce era demasiado chico para contener su necesidad de crecer y, alimentado por torrenciales y persistentes lluvias que cayeron en su cuenca alta y en nuestra ciudad, desbordo expandiéndose por el casco urbano y las zonas rurales de todo el partido.

La masa líquida llegó a Olavarría desde varios frentes y obligó a montar un vasto operativo de Defensa Civil , que puso nuevamente a prueba la capacidad de respuesta de nuestra comunidad. Un adecuado manejo de la información oficial, una minuciosa labor técnica y correctas decisiones de la autoridad permitieron reducir considera­blemente los efectos potenciales de la inundación. La crónica que sigue es un intento de reflejar algunos aspectos esenciales y otros anecdóticos de lo que fueron tres jornadas en las que la comunidad y sus representantes tuvieron aciertos y errores, pero mantuvieron incólume su entereza". "La mañana del viernes despuntó cargada de ominosos presagios para los olavarrienses.

La sensación de alivio que se había extendido en las últimas horas del jueves, al comprobar la bajante de las aguas, desapareció sepultada por la intensa precipitación pluvial que se des cargó sobre toda la cuenca del Tapalqué a partir de las 5 de ese día. La situación varió notablemente y la distención nocturna se transformó en alarma. La Junta de Defensa Civil debió incentivar sus recaudos preventivos y desde muy temprano comenzó a organizarse la evacuación de sectores bajos fácilmente anegables del ejido.

Las autobombas de Bomberos recorrieron las calles de numerosos barrios recogiendo a personas cuyas viviendas habían sido vulneradas por el agua o bien a aquellos que se consideraban más inminentemente puestos al descontrol de la masa líquida.

"Las estimaciones de las autoridades no eran nada halagüeñas y el propio Intendente Municipal solicitó a la población a través de LU 32 Radio Coronel Olavarría que se fueran adoptando los recaudos indispensables ante lo que se estimaba habría de ser "un desborde de importancia' en el casco urbano.

"Al respecto se precisó que una contingencia de este tipo se produciría inevitablemente como consecuencia del crecimiento del Tapalqué por las lluvias caídas en su alta cuenca. No obstante ello, los integrantes de la Junta de Defensa Civil que actuaron como voceros oficiales procuraron calmar a los habitantes de la ciudad asegurando que en ningún caso la inundación alcanzaría las proporciones aluvionales de 1980. Claro que esta vez no faltaron razones para preocu­parse. Los registros pluviométricos de la zona rural crecían paulatinamente y desde todas las localidades de campaña se repetía la misma frase desoladora "Aquí sigue lloviendo muy fuerte". Esa tendencia no se revirtió hasta alrededor de las 14,30 pero para entonces las cifras eran contundentes: 12Ó mm en Laprida, 115 mm en Durañona, 115 mm en 16 Julio, 113 mm en Santa Luisa, 109 mm en Muñoz, 103 mm en Rocha, y 105 mm en Iturregui. Por donde se lo mirara el panorama era, preocupante, ya que esa caudalosa corriente debía pasar indefectiblemente por Olavarría"...

"LA CIUDAD DE GUARDIA"

"Para la Junta de Defensa Civil la situa­ción era clara y no se tardó en adoptar las medidas precautorias indispensables para evitar una catástrofe de gran magnitud. Poco después del mediodía el Intendente Municipal anunció el cese general de actividades para toda la jor­nada y se trazó simultáneamente un panorama realista de la situación, lo que permitió a los olavarrienses ir preparándose para soportar la segura inundación. Escuelas, comercios, indus­trias, todos fueron cerrando sus puertas y sólo se pidió la colaboración de los negocios de ventas de comestibles, de las estaciones de ser­vicio y de las farmacias".. .

"INCURSION NOCTURNA DE LAS AGUAS"

"Las aguas fueron estrechando paulatina­mente el cerco y Olavarría se fue anegando con gran velocidad una vez que el torrente encon­tró las zonas y calles más bajas de la ciudad. Entonces el panorama fue terrible una vez más, no valían ya las comparaciones con lo ocurrido en 1980, pues la imagen era la misma en los ojos y en los corazones. Muy cierto es que las prevenciones fueron otras, que se adoptaron me­didas mucho más eficaces y que, en la suma de lo ocurrido, la población tiene más de un motivo para sentirse satisfecha; pero el agua, la tremenda y contundente expansión liquida por las arterias ciudadanas, era la misma''. ".. Aproximadamente a las 6 del sábado la altura del caudal había llegado a su máximo nivel en la planta urbana de Olavarría. Des­pués hubo un período estacionario y a partir de ese momento se verificó un lento descenso que fue en principio, pero que luego se hizo ostensible y finalmente se aceleró en horas del atardecer y la noche de ese mismo día.  

"HACIA LA DISTENSION"

"La jornada del sábado fue avanzando en­tre la certeza del repliegue de las aguas, el mejoramiento de las condiciones climáticas y la continuidad de un impresionante trabajo de defensa civil. A ello se sumaron los requeri­mientos urgentes de las localidades vecinas amenazadas por el agua y los problemas ori­ginados por el corte de la Ruta 226".

"LA JORNADA DEL DOMINGO"

"La mañana del domingo trajo a Olavarría un paisaje diferente, lleno de puentes destruidos, de calles embarradas y de roturas en el pavimento. El arroyo había vuelto a cauce natural y en muchos tramos sus barran­cas aparecían carcomidas, con la impronta indeleble del meteoro. A medida que las horas pasaban se repetía el panorama de la post inundación de 1980, aunque mucho menos do­loroso; los olavarrienses mostrando un marca­do poder de recuperación, limpiaban sus casas afanosamente, aunque eran muchos menos que en el anterior aluvión los que se lamentaban por la pérdida de sus muebles y de sus per­tenencias. Este era un signo diáfano de las bondades que la actitud realista de las autori­dades habían conllevado". ..."Así pasó el me­teoro, aguzando el ingenio y estrechando los lazos entre sus víctimas, suscitando discusiones en otros casos y planteando un tremendo desa­fío para el futuro. Olavarría ya no tiene agua en sus calles. Hoy martes 19 de Noviembre de 1985, el Tapalqué está en su cauce. Es tarea de todos tratar de que permanezca allí y nunca más se enseñoree de la ciudad. Y es tarea que no tolera un solo día de demora".


Un cartel publicitario que lo dice todo: Venecia



1985: Recorriendo la ciudad con el ingeniero Enzo Azzi, Pablo Casassa y el autor de esta nota


La inundación de 1985, fue un poco menor que la de 1980.  La ampliación de dos puentes de la Ruta 51, que fueron destruidos en  la inundación de 1980. La limpieza de la frondosa vegetación existente en el lecho entre la Av. Sarmiento y Av. Trabajadores. La construcción de un puente sobre el canal de circunvalación S.E. en Av. Trabajadores  y  la apertura de  un aliviador adicional en el terraplén de acceso al puente de la Ruta 226 y otras obras,  hicieron que las aguas corrieran con mayor velocidad y la altura de las aguas por el  desborde  del arroyo en la zona urbana fuera menor. 
Mientras en 1980 las aguas permanecieron por casi tres días, en 1985 fue de un día y medio. En 1980 hubo 8 ahogados y varias muertes como consecuencias del impacto emocional provocado por la inundación. En 1980 no hubo ningún ahogado. En 1980 se inundaron alrededor de 1.100 automotores, mientras que en 1985 no superaron las diez unidades. 
Los niveles alcanzados por la aguas en diferentes lugares fueron los siguientes.

Detalle comparativo                                    Nivel del agua
Ubicación                                                1980    1985     Diferencia 
Brown entre V. Sarsfield y Del Valle                           2,39 m.    1.59 m             0,80 m.
Del Valle 2704 esquina Vte. López                             2.70 m.    1,80 m.             0,90 m.
Brown 4964 entre Sarmiento y Estrada                       1.72 m.    0,92 m.            0,80 m.
Vergara 4243 Sobre Fal y Merlo                                  2,05 m.    1,25 m.            0,80 m.
Corralón Municipal                                                    1.06 m.    0.28 m.            0,78 m.
Playa de Transformadores (Usina Cooperativa            1,63 m.    0.53 m.            1.10 m.
Eléctrica) Nivel Piso Interior. (1)

En los siguientes años se fueron ejecutando obras con el objetivo de mejorar la situación en el arroyo.  Algunas de estas obran fueron: Reconstrucción de terraplenes en la Ruta 226. Recuperación del cauce en el puente de la Av. Colón. Ampliación de la barranca en el  puente de la calle Hornos. Demolición de las pantallas de la presa de la calle Hornos  (Balneario Municipal)(1986). Demolición de las presas Número 1 y  2 en Racing,  ubicadas en la calles B. Mitre y  J. L. Torres, y la ampliación del puente en Ruta 226 (1986). 
Con la misma intención, otros trabajos en el cauce del arroyo fueron realizando los sucesivos gobiernos municipales. 
Hasta el día de hoy, el arroyo soportó sin desbordes la crecida de las aguas en la ciudad, aunque por momentos la situación parecía ser muy crítica.  Si serán suficientes estas obras realizadas para evitar las dramáticas inundaciones que ha soportado Olavarría,  o será necesario volver a considerar el proyecto de construcción de una presa aguas arriba para regular el avance de las aguas, es la pregunta que deberíamos hacernos.  
Tres propuestas diferentes existen desde hace unos cuantos años, y en mi opinión, esta posible solución al drama de las inundaciones debería ser nuevamente analizada.

Notas
(1) Olavarría Increíble . Libro Revista, página 77. 
(2) Las Inundaciones en Olavarría- Municipalidad de Olavarría Secretaria de Hidráulica. Pág. 50.

Fuentes Consultadas

Archivo Histórico Municipal de Olavarría
Anuario del Diario El Popular,  Olavarría 1935. 
Álbum de Olavarría, Homenaje al 80 Aniversario de la Fundación de Olavarría, 1947.
Diario el Popular, Olavarría
Las Inundaciones en Olavarría- Municipalidad de Olavarría Secretaria de Hidráulica. 1987
Libro de Oro del Centenario de Olavarría, 1967